Vamos a sufrir con las víctimas y pedir al Buen Dios que nos mande santos sacerdotes.
Hace tiempo que vi la película "Algunos hombres buenos", que ahora me sirve para recordar que he conocido a muchos hombres buenos. Lo normal es que la gente sea buena, pero ésta no hace ruido. Pasa con los sacerdotes.
Muchos son estupendos, serviciales, entregados, generosos. Pero pasan ocultos, que es lo suyo. Si fuera por lo que nos cuentan los medios, lo extraño seria encontrar alguno bueno.