Las conversaciones con las autoridades chinas no es el único diálogo difícil en el que está empeñado el Santo Padre… Ciencia y Fe es otro de los frentes que no podemos olvidar
«Auguramos que el diálogo sincero y respetuoso con las Autoridades civiles ayude a superar las dificultades del momento actual, para que también en las relaciones con la Iglesia católica contribuyan a la armonía de la sociedad». Es el n. 8 del mensaje de la Santa Sede a los católicos chinos. Y, a renglón seguido, añade: «Hemos acogido con alegría la noticia de que la diócesis de Shanghai puede iniciar la causa de beatificación de Pablo Xu Guangqi, que se añade a la del padre Mateo Ricci, sj».
¿Quién fue Pablo Xu Guangqi? Uno de los primeros chinos convertidos a la fe en Cristo, científico, como el P. Mateo Ricci, y funcionario de la Corte Imperial. Un católico de gran significación para los católicos chinos que están viviendo estos momentos de incertidumbre y de profunda esperanza.
El diálogo con las autoridades chinas requiere mucha paciencia y serenidad. La Santa Sede lo sabe, y sabe también la fuerza de la oración. Este proceso de beatificación será de gran ayuda, sin duda, a los católicos chinos. «Para superar estas situaciones difíciles de cada comunidad, la oración será de gran ayuda. Se podrán organizar varias iniciativas, que pos ayudarán a renovar vuestra comunión de fe en Jesús Nuestro Señor y de fidelidad al Papa, para que la unidad entre vosotros sea cada vez más profunda y visible».
Las conversaciones con las autoridades chinas no es el único diálogo difícil en el que está empeñado el Santo Padre, y con él, el Vaticano. Ciencia y Fe es otro de los frentes que no podemos olvidar. Y también aquí, el Papa ha aprovechado una ocasión verdaderamente propicia e inusitada.
Al recibir al nuevo embajador de Croacia en el Vaticano, ha dicho: «He sabido con satisfacción que vuestro Parlamento ha proclamado el año en curso como ‘Año Boscovic’. Este jesuita fue físico, astrónomo, matemático, arquitecto, filósofo y diplomático. Su existencia demuestra la posibilidad de hacer vivir en armonía la ciencia y la fe, el servicio a la madre patria y el compromiso en la Iglesia. Viendo esta armonía, los jóvenes estarán orgullosos de su país, de su historia y de su fe, y se sentirán cada vez más herederos de un tesoro que les toca a ellos fructificar».
En momentos como los actuales, en los que está viva una cierta concepción laica del Gobierno y de la Sociedad, que pretende poner en tela de juicio las raíces religiosas de todas, y de cualquier, de las culturas que se han desarrollado en la tierra por los hombres constituidos en sociedad, y sigue con un cierto temor la presencia de capillas en las universidades, estas noticias son una corriente de aire puro.
El hecho de que el Parlamento de Croacia haya proclamado un Año semejante; y que las autoridades chinas, hayan permitido una ordenación episcopal al margen de sus maniobras y no se hayan opuesto al comienzo y publicidad del proceso de beatificación de Pablo Xu Guangqi, unido a la noticia reciente del aumento —un 30%— de vocaciones sacerdotales en Asia, China incluida, es un canto de esperanza.
Y, a la vez, un reconocimiento agradecido a los Santos —ahora, Boscovic y Pablo Xu Guangqi— que siguen sembrado la semilla de la Fe, desde el Cielo, en los corazones de tantos hombres y mujeres en cualquier rincón del mundo.
Ernesto Juliá DíazReligionConfidencial.com / Almudí
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