Son nuestro gobierno legítimo, aunque no legitimado para poner en ridículo a la ‘Comunitat’ afirmando que el Papa Francisco no es contrario a la ideología de género
Cuando aún aguardamos las disculpas por parte de algunos destacados miembros del gobierno de la Generalitat Valenciana ante el Cardenal Cañizares por atribuirle lo que no dijo al expresar sobre el asunto de los refugiados que no todo era trigo limpio, salen con otra peor. Fue necesaria una oleada terrorista sacudiendo media Europa para que lo comprobaran por sí mismos. Pero ni por esas, aunque también es cierto que la Iglesia está más habituada a perdonar y a solicitar el perdón. Incluso fue demandado ante los tribunales de justicia con el resultado de dos asuntos archivados.
La pasada fiesta de la Asunción de la Virgen ha ofrecido a los empecinados enemigos del Cardenal otra ocasión para proponerse algo más chusco: quieren escribir al Papa Francisco por desviación de Monseñor Cañizares de la doctrina papal en el maloliente tema de la ideología de género. Sí, huele mal, pero es el dogma oficial que desean imponer a toda costa. Y se les ha venido en mientes que eso no va con Francisco. Veamos: con ocasión de la homilía pronunciada en la fiesta, se han atribuido al Arzobispo unas ideas que él no expresó. Por ello, el Arzobispado de Valencia niega que el Cardenal, Antonio Cañizares, se refiriera en la homilía con motivo de la festividad de la Asunción a “la política de igualdad entre hombres y mujeres, entre los dragones que han amenazado a la humanidad”, tal como se ha afirmado,pues dedujeron que no era partidario de la igualdad entre varones y féminas, mientras que el Cardenal ha dicho y hecho todo lo contrario, justamente lo contrario de los que dicen y no hacen.
Escribo lejos de Valencia y no sé si han desistido de su intento de escribir al Papa para salvar la ortodoxia católica de la Diócesis Valentina. O acaso para lograr hacer católica esa ideología de género. Y quizá simplemente para aporrear al Arzobispo con ocasión o sin ella. Pero son nuestro gobierno legítimo, aunque no legitimado para poner en ridículo a la Comunitat afirmando que el Papa Francisco no es contrario a la ideología de género. No sabemos si esperan del Pontífice lo que no han logrado en los tribunales civiles. Les bastaría leer dos o tres pasajes de discursos, homilías e incluso alguna encíclica para comprobar su error o su falta de sinceridad. Lo haremos aquí por si es útil para ellos y para el pueblo valenciano, que ha de aguardar más rigor de quienes rigen ahora su destino.
En la Audiencia general del 15 de abril de 2015, comentaba Francisco: yo me pregunto si la así llamada teoría del género no es también expresión de una frustración y de una resignación que punta a cancelar la diferencia sexual porque no sabe más confrontarse con ella. Nos arriesgamos a dar un paso atrás. La remoción de la diferencia, en efecto, es el problema no la solución. Para resolver sus problemas de relación, el hombre y la mujer deben en cambio hablarse más, escucharse más, conocerse más, quererse más. Deben tratarse con respeto y cooperar con amistad. Con estas bases humanas, sostenidas por la gracia de Dios, es posible proyectar la unión matrimonial y familiar para toda la vida. El vínculo matrimonial y familiar es una cosa seria, lo es para todos, no sólo para los creyentes. “La expresión de una frustración que intenta cancelar la diferencia sexual porque no sabe confrontarse con ella”. Resalto esta frase porque es elocuente y sencilla.
Hablemos de ecología. El Papa Francisco recibió toda suerte de parabienes al publicar la Encíclica Laudato si’ porque de un modo exigente planteó los temas más vivos para el cuidado del medio ambiente. Lo que algunos no captaron, o prefirieron desconocer fue, por ejemplo, esto: Aprendera recibir el propio cuerpo, a cuidarlo y a respetar sus significados, es esencial para una verdadera ecología humana. También la valoración del propio cuerpo en su femineidad o masculinidad es necesaria para reconocerse a sí mismo en el encuentro con el diferente. De este modo es posible aceptar gozosamente el don específico del otro o de la otra, obra del Dios creador, y enriquecerse recíprocamente. Por lo tanto, no es sana una actitud que pretenda “cancelar la diferencia sexual porque ya no sabe confrontarse con la misma”. La ecología humana es la parte más importante de ese documento. No necesita comentario alguno.
Una última cita de Francisco, en este caso de Amoris Laetitia: “Otro desafío surge de diversas formas de una ideología, genéricamente llamada gender, que «niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de mujer. Esta presenta una sociedad sin diferencias de sexo, y vacía el fundamento antropológico de la familia. Esta ideología lleva a proyectos educativos y directrices legislativas que promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente desvinculadas de la diversidad biológica entre hombre y mujer. La identidad humana viene determinada por una opción individualista, que también cambia con el tiempo»”. Si escriben al Papa, le pueden explicar la silenciada sentencia del Tribunal de Estrasburgo para los Derechos Humanos con el veredicto unánime de los cuarenta y siete jueces afirmando que el matrimonio homosexual no es un derecho.
Pablo Cabellos Llorente, en Las Provincias.
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