domingo, 15 de mayo de 2011

La cortesía es tender puentes

   Los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 y la Exposición Mundial de Shanghái 2010 dieron a China la oportunidad de mejorar su imagen exterior. Pero las autoridades no querían limitarse a levantar edificios sin alma; había que cultivar también a cada ciudadano... O, por lo menos, a los de Pekín y Shanghái.

    “Sin duda, estos edificios espectaculares impresionarán a todo el mundo”, proclamaba triunfante el China Daily en 2007. “Muy pocos se atreverán a cuestionar la habilidad de nuestro país para presentar un soberbio hardware, pero a algunos les preocupa nuestro pobre software; esos malos modales que lucen muchos ciudadanos chinos”.
Además de informar sobre la puesta en marcha de varios programas sobre reglas de etiqueta, el artículo mostraba el interés del pueblo chino por estas iniciativas y el dinero invertido por las autoridades.

    El intento del gobierno chino de enseñar buenos modales los ciudadanos sirve de poco mientras las autoridades exhiban sus “malos modales” con los disidentes

    La guinda final era una exhortación a mantenerse en esta línea: “Los buenos modales no sólo son para los eventos; son fundamentales para alcanzar el objetivo del país de construir una sociedad armoniosa, mantener el nivel de desarrollo y ganarnos el respeto de todo el mundo. Cultivar los buenos modales de nuestros ciudadanos es mucho más importante que ganar 100 medallas de oro”.

Algo más que “poder blando”

    Así concebidos, los buenos modales serían una especie de “poder blando” con los que China pretende mejorar su imagen exterior. Pero la cortesía de los ciudadanos de Pekín y Shangái servirá de poco mientras las autoridades chinas sigan exhibiendo sus “malos modales” con los disidentes en el país.

    El interés por la cortesía es una de esas cosas que siempre vuelven, aunque sea por motivos de saber manejarse en el ambiente laboral y social

    En su informe anual, publicado en marzo de 2011, la organización Chinese Human Rights Defenders denuncia 3.544 detenciones arbitrarias, 118 casos de tortura y 36 “desapariciones forzosas” de activistas pro derechos humanos durante 2010. El último caso más llamativo ha sido la detención del artista Ai Weiwei por hacer comentarios críticos sobre el régimen.

    Precisamente en enero de 2011, dos meses después de que Pekín prohibiera a la familia de Liu Xiaobo viajar a Oslo para recoger el Premio Nobel de la Paz, el ministerio de educación chino publicó una guía para enseñar buenos modales a niños y adolescentes.

    Según la agencia china de noticias Xinhua, el programa pretende “mejorar el carácter de los chinos y el ‘poder cultural blando’ del país”. Entre los objetivos que se exige a cada grupo de alumnos en función de su edad, destacan el respeto a los mayores y a las costumbres de las minorías étnicas (para los de enseñanza primaria); emplear un lenguaje correcto en los emails y SMS (secundaria); o aprender a vestir de etiqueta y a hablar bien en público (bachillerato).

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ANÁLISIS DIGITAL / ACEPRENSA

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