sábado, 11 de junio de 2011

LA MINISTRA INDIGNADA

   El profesor Ayllon reflexiona sobre la reciente Ley de Igualdad: 

   Si los políticos españoles tuvieran la mitad de profesionalidad que nuestros deportistas, España sería un país muy sobrado. Por desgracia, si uno lee los titulares de prensa, lo único que parece sobrar a nuestros representantes es incompetencia y caradura. Ahora se comenta que la ministra de Igualdad anda soliviantada porque, en pleno siglo XXI, la práctica deportiva sigue consagrando la separación por sexos. La indignación de Pajín crece cuando, en cualquier restaurante, cafetería o gasolinera, se topa con aseos diferenciados para hombres y mujeres. Incluso las tiendas donde se viste discriminan entre ropa masculina y femenina, sección de caballero y de mujeres. A Leire le gustaría acabar con esa tradición cultural trasnochada e indignante, que apesta desde hace siglos. Pero no puede. Sería como enfrentarse con lanza y rodela a unos molinos invencibles. En cambio, ha descubierto que su cruzada igualitaria puede dirigirla contra un objetivo mucho más asequible: la escuela diferenciada. Y contra ella va.

    Conviene recordar que, desde hace décadas, el prestigio del PSOE en cuestiones políticas, económicas o sanitarias es mínimo, y su autoridad en temas educativos es sencillamente nula. Muy congruente con la última arbitrariedad tramada por el Gobierno socialista de España: quitar el concierto a los mejores colegios del país. Se trata de centros escolares que aparecen, año tras año, en el prestigioso ranking de El Mundo, y a los que debemos una NBA académica que nada tiene que ver con el suspenso reiterado del Informe PISA. ¿Qué pecado han cometido? Se han atrevido a elegir el modelo diferenciado. Sin embargo, cualquiera que conozca esos colegios reconocerá que son ruiseñores en el concierto desafinado de la Secundaria española. Y precisamente por eso, por lo mucho que cantan, quiere eliminarlos el Gobierno.

    Harper Lee nos enseñó que no hay argumentos para matar a un ruiseñor, pero ahora sabemos que basta la ideología y una larga experiencia en ensuciar con adjetivos descalificativos. Así, el diario El País lleva años preparando el terreno de esta agresión ministerial, afirmando que la escuela diferenciada discrimina y segrega. Nadie sabe qué es lo que segrega exactamente, pero el diario de Prisa lo repite como un mantra.

    Por lo visto, la libertad de elegir modelo educativo no entra en la cabeza de sus redactores. En 1996, cuando se implantó la Logse en España, la Educación Secundaria entró en caída libre. Desde entonces, como bien sabemos, nuestros escolares han suspendido reiteradamente todas las evaluaciones internacionales. Las reformas que han seguido a aquella Ley Orgánica de Educación, todas socialistas, han supuesto más de lo mismo y han respondido al axioma –tan querido por nuestros gobernantes de izquierdas– de mantenella y no enmendalla. Esta penosa postración nos avergüenza, aunque no nos extraña demasiado, y más cuando sabemos que Felipe pensaba que Héctor era un nombre bíblico, y que Sinde desconoce quién gobernó la Ínsula Barataria.

    Pajín y Zapatero saben que la educación diferenciada es una opción legal y legítima, que nada tiene que ver –como han repetido los tribunales europeos– con la desigualdad de oportunidades y la discriminación por razón de sexo. Tampoco desconocen que la mayoría de los estudios sobre rendimiento escolar acreditan que los niños y niñas que estudian en colegios de educación separada suelen estar mejor preparados, y que los países más avanzados en educación fomentan y cuidan los colegios de educación diferenciada. Sólo en Berlín hay 180, y uno de cada cuatro en Baviera. En esa línea, los pedagogos afirman que los países anglosajones son los más rigurosos en el estudio de la educación diferenciada, de sus ventajas y desventajas de socialización, académicas, de disciplina, de igualdad de géneros... No en vano, entre los 50 mejores colegios de Gran Bretaña, 36 son de educación diferenciada, tanto públicos como privados. ¿Más ejemplos? El balance entre los pros y los contras se está saldando, en Australia, con mayor demanda de enseñanza diferenciada que de enseñanza mixta, y con la promoción, en otros muchos países, de centros single-sex en la escuela pública.

    Sin embargo, me parece que el fondo del problema no está en los argumentos a favor o en contra de uno y otro modelo, sino en un plano mucho más radical: el derecho a escoger una opción legítima. Es justamente esa libertad básica de los padres lo que Leire Pajín se empeña en cercenar. Y eso a pesar de que el Consejo de Estado ha advertido al Gobierno de que el proyecto de ley es ilegal, pues habría que reformar la Ley Orgánica de Educación para poder retirar los conciertos a los colegios de enseñanza diferenciada. A pesar de tratarse de una ley promovida por el Ministerio de Igualdad, no de Educación. A pesar de que la ministra no ha consultado a ninguna organización educativa. A pesar de que el Ministerio de Educación le ha recordado a Pajín que el Tribunal Supremo ha establecido que la educación diferenciada es una opción legal y legítima de los padres, que en nada vulnera la igualdad entre hombres y mujeres. Esperemos que a la ministra se le pase su diferenciada indignación. Rectificar también es de sabias.

José Ramón Ayllón  (filósofo y escritor)
Intereconomía

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