Un horizonte de trabajo capaz de fortalecer una sociedad que indudablemente aparece hoy en día como quebradiza e inestable. El Dr. García Noblejas reflexiona sobre el encuentro del Papa con profesores universitarios en la JMJ
Benedicto XVI,
tengo experiencia personal de esto, no habla de un asunto si no lo ha
experimentado personalmente y lo ha pensado de modo suficiente.
El
pasado día 19 de agosto, en El Escorial (Madrid), hablando ante un
nutrido grupo de profesores universitarios, planteó una síntesis (ver texto completo) de su larga y profunda experiencia como universitario, estudiante, y luego profesor, investigador, y desde luego maestro.
El profesor Ratzinger
entiende la Universidad como lugar en el que estudiantes y profesores
pueden conseguir fundamentos sólidos para la vida. Para referirlo, se
hace una pregunta que sirve para resumir lo que se propone decir a
continuación: ¿dónde encontrarán los jóvenes esos puntos de referencia
en una sociedad quebradiza e inestable?
La respuesta, entresacada del texto completo, esclarece el papel del oficio universitario, precisamente en nuestros días:
A veces se piensa que la misión de un profesor universitario sea hoy exclusivamente la de formar profesionales competentes y eficaces que satisfagan la demanda laboral en cada preciso momento.
También se dice que lo único que se debe privilegiar en la presente coyuntura es la mera capacitación técnica.
Ciertamente, cunde en la actualidad esa visión utilitarista de la educación, también la universitaria, difundida especialmente desde ámbitos extrauniversitarios.
Sin embargo, vosotros que habéis vivido como yo la Universidad, y que la vivís ahora como docentes, sentís sin duda el anhelo de algo más elevado que corresponda a todas las dimensiones que constituyen al hombre.
Sabemos
que cuando [en la educación] la sola utilidad y el pragmatismo
inmediato se erigen como criterio principal, las pérdidas pueden ser
dramáticas:
desde los abusos de una ciencia sin límites, más allá de ella misma,
hasta el totalitarismo político que se aviva fácilmente cuando se elimina toda referencia superior al mero cálculo de poder.
En cambio, la genuina idea de Universidad es precisamente lo que nos preserva de esa visión reduccionista y sesgada de lo humano. (…)
La Universidad ha sido, y está llamada a ser siempre, la casa donde se busca la verdad propia de la persona humana. (…)
La Universidad encarna, pues, un ideal que no debe desvirtuarse ni por ideologías cerradas al diálogo racional, ni por servilismos a una lógica utilitarista de simple mercado, que ve al hombre como mero consumidor.
Todo
un panorama que —si no quiere dejarse en el olvido, una vez escuchado—
sin duda pide un programa de acción regenerativa: es patente que no
coincide ni con los actuales planteamientos europeos de "Bolonia",
ni con las pretensiones y los afanes de no pocos administradores,
profesores y estudiantes que ahora están en las universidades de casi
todo el mundo.
Es
—en todo caso— un horizonte de trabajo capaz de fortalecer una sociedad
que indudablemente aparece hoy en día como quebradiza e inestable.
Juan José García-NoblejasScriptor.org
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