sábado, 30 de junio de 2018

Educación emocional y social: Educación Responsable

Ya seas padre, madre, alumno, miembro de un equipo directivo de centro, maestro, profesora… o lo que fuere, esta iniciativa te interesa: es importante para nuestra sociedad.
Hace unos días tuve la fortuna de asistir a un acto de la Fundación Botín en el que se presentó el III Informe de Evaluación del Programa de Educación Responsable.
Se trata de un programa sobre inteligencia emocional y social y creatividad. ¡Cuánta falta nos hace! Y no solo para el aula… La educación integral es esencial para la vida.

Ya seas padre, madre, alumno, miembro de un equipo directivo de centro, maestro, profesora… o lo que fuere, esta iniciativa te interesa: es importante para nuestra sociedad. Para las generaciones que ahora están en el aula, sí. Y, por ello, también para quienes −desde allí donde nos toque− trabajamos para intentar construir, día a día, un mundo más humano, un poco mejor.
Educación Responsable tiene como objetivo fomentar la formación integral de cada alumno para:
  1. Contribuir al desarrollo físico, emocional, social y de la creatividad de niños y jóvenes;
  2. Mejorar la calidad educativa y el clima de convivencia en el centro; y
  3. Promover una comunicación positiva entre docentes, alumnado y familias.
Todo esto se propicia a través de recursos educativos diseñados para trabajar, ya desde las artes (música, literatura y artes plásticas), ya desde otros ámbitos, curriculares o no, o desde las tutorías… Necesitamos personas razonablemente felices, que se sientan bien en su piel, que sepan ver y tratar a los demás, además de con cabeza, con el corazón
La Fundación Botín se lo tomó muy en serio y ya en 2010 constituyó una Red de Centros Educación Responsable en la que actualmente participan más de 270 centros educativos en España (hasta el curso que está concluyendo, en siete Comunidades Autónomas), en Uruguay y en Chile. El programa se ha extendido gracias al interés mostrado a lo largo de estos años por las Consejerías de Educación de nuestro país, así como a otras entidades en Iberoamérica.
La brillantez académica de nuestros alumnos (con ser importante) no lo es todo. Todos entendemos que, si aquella recae en una persona inestable, inmadura, asocial (¡pobre!) la presunta ventaja se puede convertir en todo un riesgo −una amenaza− para propios y extraños. Recuerda lo que afirmaban, desde Beethoven a Howard Gardner, sobre las buenas personas.
Por otra parte, por si fuera poco, tenemos la suerte de que ha quedado acreditado, objetivamente, que la mejora en educación emocional y social potencia los resultados académicos. No es difícil de comprender.

« Educamos -desde luego- para conocer, pero −sobre todo− para ser: para la vida.

Las palabras del Director de Educación de la OCDE, Andreas Schleicher, en el acto de presentación de los resultados del programa, fueron rotundas a este respectoLos alumnos necesitan que les dotemos de una ‘brújula’ para su mejor futuro. Y esta no funciona solo con el aprendizaje de contenidos
Nuestra sociedad, nuestras empresas incluso, necesitan personas solventes, sí, pero para ello… con autoestima, responsables, empáticas, resilientes, creativas, capaces de convivir con buen talante y de trabajar en equipo.
La buena noticia es que, con la iniciativa comentada y con otras similares, en no pocos de nuestros colegios −de todas las redes: pública, concertada, privada− ya se está manos a la obra. Discreta, pero eficazmente: dicen que mete más ruido un árbol que cae que un bosque que crece. Pero el bosque está creciendo. Sin duda.
Recuerda en el tweet fijo de su cuenta, Alberto Galiana, Consejero de Educación de La Rioja −Comunidad participante en el programa− al poeta dublinés W.B Yeats cuando subraya: “La educación no es llenar un cubo, sino encender un fuego”.
Aprendamos, con la llama de la emoción, el interés y la ilusión de nuestros alumnos por crecer como personas y futuros profesionales. Ese es el gran reto.
Seguro que lo has leído más de una vez: “He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos. −Lo esencial es invisible para los ojos –repitió el principito para acordarse”.
¿Nos acordamos? ¡Es esencial!
¿Conocías la iniciativa Educación Responsable? ¿Te gustaría que se implantase en más centros educativos de tu entorno?
José Iribas, en dametresminutos.wordpress.com.

Juan Ramón Domínguez Palacios
http://enlacumbre2028.blogspot.com.es

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