La mentalidad utilitaria cambia las reglas de juego de la vida social, al difundir una manera de pensar y unos criterios de estimación concretos. Por eso, contrarrestarla exige cambiar algunos patrones de pensamiento y dejar de asumir como valores supremos de la sociedad los que dicta el utilitarismo.
Una de las expresiones más conocidas de la mentalidad utilitaria es el imperativo de ser productivos y eficientes por encima de todo. Casi nadie discute el deber de ser provechosos o de hacer rendir recursos que son escasos de la mejor manera posible. El problema viene cuando la utilidad se presenta como el único criterio de valoración o el más decisivo, incluso en ámbitos donde tiene poco sentido aplicar el análisis coste-beneficio.
El utilitarismo encuentra un aliado en determinados modos de pensar. Unas veces son tópicos asumidos de forma acrítica; otras, ideas más elaboradas que abrazan una determinada concepción del bien.
LEER MÁS
aceprensa.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario