viernes, 24 de mayo de 2019

La servidumbre voluntaria de lo estúpidamente correcto

La Generalitat valenciana abrió hace algunas semanas un expediente sancionador a El Corte Inglés por el cartel de la campaña del Día de la Madre. En él se veía a una mujer y el lema: “100% Madre (97% entregada, 3% egoísmo, 0% quejas)”.
 Dicen esos/as político/as valenciano/as que es por “fomentar el estereotipo de madre que resigna a las mujeres a cumplir con su papel de buena madre basado en la entrega, por encima del resto de identidades”. ¿Qué quieren? ¿Que se fomente “el papel de mala madre”?

Feminismo salvaje

Se adivina lo que hay detrás de esa antipatía hacia la buena madre. Un feminismo que ha perdido el norte y que, al defender con libertad de expresión lo que piensa que es lo correcto, ataca la libertad de expresión de quienes no piensen lo mismo.
O ese feminismo de un grupo, de cuyo nombre no puedo acordarme, que publicitó que el hecho de que los hombres fueran en autobús o en metro con las piernas abiertas era una especie de latente agresión sexual a las mujeres. El mismo feminismo que invadió una capilla católica a golpe de sujetador y gritando “más ovarios y menos rosarios”.
La corrección social se extiende atendiendo al tópico verdadero de “donde va Vicente, donde va la gente”

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