La psicóloga italiana Francesca Morelli ha reaccionado de forma admirable ante la crisis que ha creado el coronavirus.
Su reflexión es la siguiente: «En una fase social en la que la regla es que cada uno se ocupa de su propio jardín, el virus nos envía un mensaje claro: “la única salida es la reciprocidad”. La responsabilidad compartida, el sentimiento de que tu destino depende no solo de ti sino de todos los demás que te rodean. Y que dependes de ellos».
Es un mensaje que habrá que recordar con especial interés en esta nueva época en la que como ha dicho Ursula Von der Leyer existe el riesgo, si no hay coordinación, de una crisis similar a la de 2008.
Esta podría ser una magnífica ocasión para confirmar la capacidad de los seres humanos de luchar contra situaciones de riesgo colectivo y recuperar la idea de que es posible una Europa más unida, más eficaz, más solidaria no solo frente a esta pandemia, sino para afrontar otros muchos problemas que afectan a su capacidad de acción en el mundo.
La humanidad empieza a estar hastiada de unos líderes incapaces de entender que pensando a corto plazo, con sectarismo, ignorando la realidad y con indiferencia hacia el otro, esta crisis puede acabar con el sistema sin que ni siquiera nos demos cuenta.
Si nos inoculamos el virus de la grandeza sucederá justamente lo contrario.
Descubriremos las asignaturas pendientes, aceptaremos con naturalidad nuestras obligaciones y responsabilidades y nos dedicaremos a trabajar en equipo en beneficio de todos. Estamos en disposición de generar un nuevo espíritu con el que afrontar los nuevos problemas y aprovechar las nuevas oportunidades.
No son palabras vacías y en especial en lo que se refiere a España, un país que ha entrado en una fase de estancamiento mental en cuanto a objetivos y ambiciones, sin que nadie se atreva a ponerse delante de la manifestación incluyendo un estamento político que no es consciente de la necesidad de ejercer el liderazgo y que aún no controla el funcionamiento de una coalición política, lo cual es entendible al ser la primera que se alcanza en nuestro país.
Para superar esta situación es preciso que la sociedad civil y muy especialmente el mundo empresarial, expliquen a la ciudadanía la necesidad de colaborar en la solución del gobierno y anteponiendo los intereses de la colectividad a los propios por importantes que sean.
En estos tiempos el egoísmo es el peor de los pecados capitales.
Antonio Garrigues Walker
abc.es
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