lunes, 14 de noviembre de 2011

Cómo vivir el sacerdocio

Tras 23 años trabajando en la Congregación para el Clero, de la que acaba de ser nombrado secretario, el arzobispo Celso Morga tiene muy claro cómo debe vivirse el sacerdocio

      En vísperas de la celebración del Día del Seminario, recomienda a estos centros que no olviden estas dos dimensiones en su formación, define el celibato como un «manantial que ofrece unas posibilidades inmensas de felicidad» y enmarca los abusos sexuales a menores que se han dado en la Iglesia dentro del "pansexualismo" de nuestra sociedad.
¿Cómo debe ser hoy en día un sacerdote?
Pienso en el sacerdote como fue delineado por el Concilio Vaticano II y, en concreto, en la constitución Lumen Gentium y en el decreto Presbyterorum Ordinis. Es ahí donde la Iglesia ha fotografiado lo que quiere que sea un sacerdote católico hoy. Después, esa figura ha sido actualizada por documentos posteriores, algunos de ellos publicados por esta Congregación. Es en la roca firme del magisterio de la Iglesia donde tenemos que buscar qué es el sacerdote y qué quiere la Iglesia y Cristo que sea para nuestros tiempos.
El sacerdote es un hombre consciente de lo que lleva entre manos, del don recibido de Dios, es un pastor que se da cuenta de la misión de la Iglesia. Tiene, por tanto, que ser el transmisor de esa vida divina que la Iglesia lleva en su seno. Al mismo tiempo, debe ser un hombre muy sobrenatural y muy humano. Debe saber siempre comprender y perdonar aun cuando hay que corregir. Se deben tener todas esas virtudes que los hombres aprecian, como la sinceridad o la laboriosidad. Todas estas virtudes hacen que la convivencia sea familiar y humana.

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Clerus.org (Entrevista de Darío Menor) / Almudí
Publicado originariamente en ‘Vida nueva’

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