sábado, 12 de noviembre de 2011

Símbolos religiosos, fe y razón

   Queda la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, pero ¿son los mismos para un chino, un occidental o un islamista? Para los cristianos, todo esto tiene que ver con la creación y con el Creador. Para otros, es la racionalidad laica. ¿No podríamos encontrarnos? La razón debe reconocer sus límites y la religión ha de huir de patologías peligrosas. Y quizás requiramos también una Declaración Universal de los Deberes Humanos.

      Recientemente, se debatió en las Cortes Valencianas una propuesta dirigida a eliminar en esta institución toda simbología religiosa. Es un tema relativamente discutible en el que no voy a entrar, pero sí atrajeron mi interés algunos de los argumentos utilizados para defender posiciones, principalmente el de las relaciones entre fe y razón, asunto especialmente interesante, que me ha hecho volver a leer el diálogo habido en enero de 2004 entre el entonces cardenal Ratzinger y el filósofo Jürgen Habermas, conocido por ser tal vez el principal exponente del pensamiento laico de raíz ilustrada.

      Paso casi de largo sobre la cita de Guillermo de Ockham hecha en esa sesión de Cortes. Baste recordar que su doctrina filosófica jamás fue condenada. Algunos dicen que estuvo en arresto domiciliario en Avignon —residencia papal entonces—, pero no se ha demostrado. Es cierto que puso la base para una excesiva separación entre fe y razón no muy acorde con las enseñanzas habituales de la Iglesia que defienden y delimitan el valor de ambas y que nada tiene que ver con la separación Iglesia-Estado. Como curiosidad, Ockham condenó al Papa Juan XXII —diciendo que era hereje— y huyó de Avignon llevándose el sello oficial franciscano.

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Pablo Cabellos Llorente
Las Provincias / Almudí

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