Jesucristo nos revela que Dios es nuestro Padre, que nos ha creado a su imagen
y semejanza. Formó el cuerpo de nuestros primeros padres (Adán y Eva) e
infundió en ellos un alma espiritual. En nuestro caso, creó nuestra alma y la
infundió cuando fuimos concebidos por nuestros padres.
Jesús nos dice que nos ha creado para conocerle, amarle y seguirle en nuestra
vida ordinaria (familia, trabajo, amigos, compañeros, etc) construyendo un
mundo más solidario y justo. En la cercanía de Jesús se descubre la belleza y
grandeza de la vida ordinaria. La felicidad y la alegría inundan nuestro
corazón si seguimos la guía del evangelio.
Adán y Eva habían recibido el don de la inmortalidad, pero lo perdieron al no
ser fieles. Con su muerte en la Cruz, Jesús ha vencido a la muerte y nos abre
el camino hacia la vida eterna que conseguiremos siguiéndole en esta vida.
Sus palabras son reveladoras: “Quien cree en Mí tiene vida eterna” “Yo soy la
Resurrección y la Vida. Todo el que vive y cree en Mi no morirá para siempre y resucitará
en el último día”
Puntos del Compendio de la Iglesia Católica que puedes leer sobre todo esto: nn 66-70, 76-77
No hay comentarios:
Publicar un comentario