martes, 22 de junio de 2010

Con la libertad religiosa no se juega

Jesús de las Heras Muela


          Como si tratará del Guadiana, en los dos años ya largos de legislatura política en España, la posible reforma de la Ley Orgánica de Libertad Religiosa aparece y desaparece a gusto del Gobierno y de sus intereses propagandísticos. Más allá de todo ello, lo cierto es incuestionable es que con los derechos fundamentales no se debe jugar. Y uno de ellos, fundamental y fontal, es precisamente el derecho a la libertad religiosa.

          Además, la realidad indica que la ley vigente funciona satisfactoriamente y que su debate se construye más sobre prejuicios y, en muchos casos, sobre una manifiesta animadversión hacia la Iglesia católica que sobre razones objetivas. La vigente Ley ha permitido ya que nueve confesiones religiosas distintas sean consideradas de notorio arraigo. En el marco de la vigente ley, el Estado ha suscrito acuerdos y convenios con todas estas confesiones. 

          Los partidarios de reformar esta Ley abundan también en la necesidad de legislar, en clave restrictiva, sobre los símbolos religiosos. Mientras esto ocurre en España, tan solo citar un ejemplo, diez países europeos -entre ellos Rusia- se han personado como parte ante el Consejo de Europa en contra de la sentencia dictada el pasado otoño por su Tribunal Europeo de Derechos Humanos y que insta al Estado italiano a retirar los crucifijos de las escuelas.  En este mismo contexto, días atrás, el Papa, con la oportunidad y lucidez que le caracteriza, recordó, en audiencia a los miembros del Banco de Desarrollo del Consejo de Europa, que “marginar el cristianismo así como excluir los símbolos que lo representan, contribuirá a amputar nuestro continente del manantial fundamental que lo nutre incansablemente y que contribuye a su verdadera identidad”.

 JESÚS DE LAS HERAS
COPE
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