lunes, 21 de junio de 2010

UN ENCUENTRO EN EL VATICANO

          La sorpresa romana era mayúscula. El ciudadano de la ciudad eterna, acostumbrado a ver desfilar peregrinaciones cristianas, no salía de su asombro al contemplar la marea de clero católico que crecía en la capital italiana a medida que se acercaba el 11 de junio. Los participantes del encuentro romano tuvimos que explicar muchas veces que estábamos allí, convocados por el Papa, para culminar el Año Sacerdotal. Que durante ese tiempo habíamos tratado de comprender la grandeza de nuestro ministerio y que pedíamos con insistencia por la santidad del clero cristiano y por las futuras vocaciones. Y que todo ello lo sentían todos, creyentes o no, por la intensa labor social que desarrollábamos.

          Todo eso se puso de manifiesto de modo muy particular en la vigilia del día 10 en la plaza de San Pedro. Ante el Papa, se fueron desgranando los testimonios de sacerdotes de los cinco continentes. Basta con citar uno de ellos. El padre José María di Paola, argentino, nos decía."En mi país, las favelas se llaman villas, y en mi villa viven 60.000 personas”, dijo el sacerdote. Se veían en la pantalla imágenes del padre Paola jugando al fútbol con los chicos de la villa donde él trabaja, celebrando misa y participando de una procesión.

          “Hay hacinamiento, desocupación, subocupación, problemas migratorios y los jóvenes padecen el problema de la droga y la violencia. Nuestro trabajo es transmitir desde el Evangelio una propuesta. Hay muchos problemas, pero la fe católica es muy grande. En este lugar tan pobre, con tantas desigualdades, vivimos nuestra fe, y como sacerdotes nos sentimos muy felices de desarrollar nuestra fe aquí", concluyó, y envió, finalmente, un saludo "desde la villa 21" al Papa y a todos los fieles reunidos en esa vigilia. 

          Los valencianos pensamos en las labores asistenciales de la Iglesia Católica en España: colegios y hospitales, atender a los enfermos, ancianos, marginados, niños e indigentes, mantener las instalaciones... Una labor silenciosa que ahorra al Estado 31.000 millones de euros al año, según los expertos.

         

Juan Ramón Domínguez
EL LEVANTE EMV (21.6.2010)
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